Mi opinión sobre Ubuntu 11.04

Hace aproximadamente una semana vi el recordatorio de actualización a la versión 11.04 de Ubuntu, entonces decidí darle una oportunidad. Yo también soy uno de los que no ven con buena cara a Unity, ni siquiera al principio le brindé confianza, no veo a este escritorio como una innovación por parte de Canonical. Son muchos los aspectos a tomar en cuenta, de entrada las novedades de Unity son sólo inéditas en Ubuntu, no son realmente configurables y consumen más recursos de los que esperaba.

 ¿Qué grandes cambios vemos en Unity? Un dock, brillos, sombras, efectos, cambios en el scroll, ¿algo más relevante? Sí, no es GNOME y no está hecho para parecerse a él. A grandes rasgos es un entorno sencillo, dinámico y se adapta a las necesidades modernas del usuario, hasta ahí todo bien, un proveniente de Windows verá una gran diferencia entre sistemas operativos pero no le será eternamente difícil adaptarse.Pero hablamos de un pequeño grupo, muchos estamos inconformes y no nos adaptamos a Unity porque las distribuciones linux ya nos acostumbraron (mal o bien) a GNOME, su facilidad de uso y completa personalización. Para la mayoría de nosotros estar atados a un dock lateral que sólo puede cambiar de fábrica sin retocar los archivos de configuración, es dar un paso hacia atrás, qué hay de Cairo y Awn que cumplen perfectamente bien su función y son altamente configurables, qué hay de la "construcción" de paneles que el usuario podía realizar, o de administrar (bien) efectos con Compiz e instalar fácilmente Emerald y decorar nuestras ventanas a gusto. Ciertamente Ubuntu Natty es una opción para al usuario principiante que no pretende ponerle sello propio a la distribución, pero dentro de esa sencillez para instalar y usar desde ya el SO, perdemos grandes alternativas que hacían de ésta mi distribución favorita. Obviamente hablo de la apariencia, pero existen herramientas como Ubuntu Tweak, Gnome Do, Gnomenu y los ya mencionados docks, que ayudan a que la estructura de GNOME no le envidie absolutamente nada a Unity.

Punto y aparte para el consumo de recursos. Yo sabía que para esta versión sí importaban los núcleos de tu procesador o los gráficos de tu tarjeta de video, pero no esperaba un sistema más lento que Maverick, se supone que los cambios se realizan para mejorar. Me decepciona saber que Canonical ahora discrimina a los usuarios con equipos de bajos recursos ¿Por qué hacer Unity sólo para aceleración 3d si Ubuntu es Linux para seres humanos? ¿Qué eso no incluye a nosotros los pobres? Afortunadamente mi tarjeta es una Intel integrada con memoria dedicada de 128mb y el procesador es i5, así que no tuve problemas para ver el nuevo entorno en acción, pero esperaba más. Quería ver un Ubuntu realmente renovado y no sólo el intento de parecerse cada vez más a Mac OS tomando como bandera las necesidades modernas, yo odio el Global Menu y también los botones de las ventanas (cerrar, maximizar) a la izquierda. Además soy seguidor del Eyecandy y es frustrante ver efectos poco fluidos o que se traban al grabar un screencast, no soporto que unas cuántas aplicaciones pongan a trabajar sin parar a los ventiladores de mi portátil.

¿Y qué es lo peor del cambio a Natty...? Que realmente no es necesario, estoy mucho más cómodo con mi Ubuntu 10.10, tengo efectos lindos con Compiz y la instalación de Emerald no me hace sufrir, no hay un sólo problema con mis demás aplicaciones, tengo el dock que quiero a mi gusto, y un rendimiento excelente. Justo como debe de ser una distribución linux.

Tal vez parezco conservador o en el peor de los casos superficial, pero Ubuntu 11.04 no me gustó en absoluto, incluso la mayor parte del tiempo en que lo probé, preferí cambiar al escritorio clásico (que también perdió muchísima fluidez). Unity necesita madurar en serio, y si ese momento no llega veré hacia otros horizontes, ya me he puesto a probar Linux Mint (que ojalá nunca adopte Unity), Fedora una vez más, Open Suse, Elementary OS, Chakra, algo de Archlinux, e incluso inclino mis ojos hacia GNOME 3 que me atrae un poco, pero hasta que llegue su hora, hablaré de él.

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