Hace ya varios días que les conté sobre mi corta experiencia con Ubuntu 11.04, que me dejó un mal sabor de boca. Pero este 24 de mayo vio la luz Fedora "Lovelock" y aunque sea realmente atrasado, les mostraré lo que la prueba del live CD me dejó.
De entrada, debo confesar que estaba ansioso por su llegada, quería probar nuevamente la distro azul pues desde que dejé de usarla, han sido desarrolladas 4 nuevas versiones. Y más aún con la llegada de GNOME 3 que representa para mí el futuro real, entre más se unifiquen las distribuciones linux, mayor extensión tendrán entre usuarios. Cada día vemos el nacimiento de nuevas opciones, que si bien contribuyen a la pluralidad que caracteriza al entorno linux, también alimentan el mal de la fragmentación que aqueja al sistema desde hace ya mucho tiempo. Por eso apoyo la adopción de GNOME en la mayor cantidad de distribuciones posibles, y en este caso, Fedora nos deja configurarlo como si recién lo hubieramos instalado.
De entrada, debo confesar que estaba ansioso por su llegada, quería probar nuevamente la distro azul pues desde que dejé de usarla, han sido desarrolladas 4 nuevas versiones. Y más aún con la llegada de GNOME 3 que representa para mí el futuro real, entre más se unifiquen las distribuciones linux, mayor extensión tendrán entre usuarios. Cada día vemos el nacimiento de nuevas opciones, que si bien contribuyen a la pluralidad que caracteriza al entorno linux, también alimentan el mal de la fragmentación que aqueja al sistema desde hace ya mucho tiempo. Por eso apoyo la adopción de GNOME en la mayor cantidad de distribuciones posibles, y en este caso, Fedora nos deja configurarlo como si recién lo hubieramos instalado.